Sánchez decreta el estado de alarma durante 15 días
El presidente da un giro en 24 horas y apuesta por una medida que alentaban sobre todo Ábalos e Iglesias
Nada resiste al coronavirus. Ni la salud ni la economía ni la política. Cada decisión parcial para intentar aplacarlo poco a poco se queda vieja en horas. La pandemia está paralizando la economía europea, y en España ha tomado tal velocidad que todo ha cambiado de forma radical en la última semana. El domingo, el feminismo y el Gobierno, convencido aún de que la epidemia estaba bajo control, se manifestaban de forma festiva; el lunes todo dio un vuelco y este viernes, en un nuevo giro, Pedro Sánchez anunciaba que este sábado volverá a reunir al Consejo de Ministros, por tercera vez en una semana, para decretar el estado de alarma durante al menos 15 días, una medida que solo se ha aplicado una vez en toda la etapa democrática y que permite limitar temporalmente la circulación de personas, pero no los derechos fundamentales de los ciudadanos. Con 132 muertos y más de 5.100 infectados, España es ya, después de Italia —con 1.266 muertos— el epicentro de la crisis en Europa.
Solo 24 horas antes, en otro Consejo de Ministros extraordinario, el Gobierno decidió esperar ante de tomar una decisión tan drástica, que reclamaba la oposición y parte del Ejecutivo. Este viernes, mientras las críticas arreciaban y Portugal tomaba una medida similar sin un solo muerto, Sánchez y un reducido grupo de ministros decidieron dar el salto. Las consecuencias prácticas del estado de alarma se delimitarán este sábado con un paquete de medidas de limitación de movimientos y también de ayudas económicas para los miles de afectados por la pandemia, que amenaza a una economía dependiente del turismo. España no ha terminado de recuperarse de la Gran Recesión: 10 años después del estallido de aquella crisis, la deuda pública que roza el 100% del PIB, el paro es aún altísimo para la media europea (14%) y el déficit se sitúa en el 2,4% y tiene visos de crecer a toda velocidad. Si el bloqueo por el coronavirus se prolonga y arruina la temporada de verano, el Estado tendrá que hacer frente a una situación delicada para proteger a trabajadores y empresas.